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Excelente noticia, que el envejecimiento nos permita crecer personal y profesionalmente

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Estos días he tenido ocasión de leer la entrevista que Elsa Punset ha realizado para el programa REDES a Álvaro Pascual-Leone, neurólogo de la Harvard Medical School, titulada: «Estimula tu cerebro para vivir más y mejor».

A lo largo de la entrevista, el neurólogo destaca la importancia de la PLASTICIDAD del cerebro humano, que le confiere la capacidad de estar en permanente cambio. Esta característica supone que, en términos cerebrales, no estamos sujetos exclusivamente a lo que la genética nos haya deparado a cada uno de nosotros, sino que las condiciones de entorno, las circunstancias que vivimos e incluso la información a la que accedemos, moldean permanentemente a base de impulsos eléctricos la fisiología de nuestro cerebro.

Pero lo que me ha llamado más la atención ha sido conocer cómo el cerebro, durante el proceso natural de envejecimiento, está sujeto a evoluciones fisiológicas que le permiten ir adquiriendo determinadas habilidades en detrimento de otras. Y lejos de calificar esta evolución como perniciosa, el neurólogo confirma que estas habilidades adquiridas con el paso del tiempo y de las que todos podemos sacar mucho provecho, nos permiten ver el bosque, a costa de dejar de ver el árbol.

Es decir, la capacidad inicial del cerebro de relacionar de forma directa o a corto, que nos permite hacer cosas como recordar nombres, fechas, dónde dejaste algo o incluso realizar multitasking con cierta facilidad, se va transformando con el tiempo en una capacidad de establecer relaciones entre ideas aparentemente distantes, es decir, de establecer relaciones indirectas que permiten abrir el foco o la visión con la que afrontamos el análisis de problemas.

No sólo eso, sino que además, esta capacidad de relación indirecta, es decir, ver el bosque con mayor claridad, liga el pensamiento con la emoción. Como dice Elsa Punset en la entrevista, “¡esta idea es apasionante!”.

Y es esta condición de razón y emoción integradas, de hemisferios izquierdo y derechos integrados, la que caracteriza a sujetos especialmente hábiles en términos de creatividad y de capacidad de sugerir distintos enfoques para abordar problemáticas que nos lleven a la solución de problemas desde el autocontrol y la sensatez, y con una visión más global de las consecuencias.

En una sociedad como la actual, con una tendencia hacia el envejecimiento poblacional y que atraviesa un largo periodo de crisis, en el que la creatividad parece uno de los elementos imprescindibles para salir a flote, parece lógico que hay que prestar atención y recursos a:

  • La investigación sobre el cerebro
  • La concienciación sobre el funcionamiento de nuestro cerebro
  • La prevención en el campo de la salud física y psíquica
  • La consideración en todos los sectores y ámbitos de los cerebros más evolucionados que, en términos de creatividad y de habilidad íntegro-cerebral y en condiciones de salud, mejoran con la edad.

La Inteligencia Creativa: Fundamentos y Oportunidades

RECREATE Inteligencia Creativa
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La Inteligencia Creativa se ha definido como la habilidad para tener ideas nuevas, de resolver problemas de formas originales y de destacar por encima de la media en lo que se refiere a imaginación, conducta y productividad.

La buena noticia, es que todos contamos con un tremendo potencial de Inteligencia Creativa. La mala, es que apenas utilizamos un escaso porcentaje de este potencial.

¿Cuáles son los fundamentos físicos de la Inteligencia Creativa?

El potencial de la Inteligencia Creativa se basa en la estructura neuronal de los dos hemisferios cerebrales: el hemisferio izquierdo, más analítico, y el hemisferio derecho, más imaginativo.

La Inteligencia Creativa se basa en el potencial que tenemos de promover conexiones neuronales a través de las actividades que realicemos, físicas o mentales, así como en nuestra capacidad de utilizar las habilidades de ambos hemisferios. Esto es lo que se llama capacidad íntegro-cerebral.

Cuanto mayor sea la actividad que realicemos, no importa cuál sea, mayor será el número de conexiones neuronales que se establezcan en nuestro cerebro. De la misma forma, cuanto más temprano iniciemos la estimulación de nuestro cerebro, mayor capacidad cerebral en cuanto a número de conexiones neuronales conseguiremos.

Conseguir el mayor número posible de conexiones neuronales es importante, porque son estas conexiones las que posibilitarán a nuestro cerebro encontrar más caminos para hallar soluciones o nuevas ideas.

De ahí la importancia de una estimulación temprana en los niños, y de la actividad constante, física o mental (mejor si son ambas) durante toda nuestra vida.

¿Qué capacidades podemos conseguir?

La estimulación constante de la actividad neuronal, nos proporcionará capacidades observadas en individuos que desarrollan actividad cerebral íntegra:

  • Rapidez mental
  • Asociación de ideas a partir de una central
  • Flexibilidad que permite tomar diferentes      puntos de vista
  • Capacidad de plasmar ideas
  • Capacidad de utilizar las habilidades      propias de ambos hemisferios
    • Hemisferio izquierdo: análisis, lógica, palabras, síntesis, listas,  secuencias, linealidad
    • Hemisferio derecho: imaginación, visión  espacial, color, imágenes, visión holística, ritmo

¿Qué oportunidades podemos tener con el desarrollo íntegro cerebral?

Conseguir un desarrollo íntegro cerebral óptimo, nos permitirá una mayor rapidez y cantidad de ideas por asociación, y por lo tanto la posibilidad de plantear ideas nuevas por diferentes y por excéntricas.  En la excentricidad, es donde encontramos muchas veces el valor de una idea nueva. Conseguiremos asimismo mayor capacidad para memorizar, también basándonos en la asociación que nos permita nuestra estructura neuronal a través de las millones de conexiones establecidas.

No sólo eso, sino que la propia dinámica diaria que establezcamos para incentivar estas conexiones, nos llevarán a un aprendizaje constante y al convencimiento de que ¡¡MERECE LA PENA CREER Y APOSTAR POR UNO MISMO!!, ¿no te parece?